El secreto de Vicente Fernández para cuidar su voz

Una de las características más inconfundibles de Vicente Fernández era su melodiosa y potente voz. Desde que se escuchó por primera vez no dejó de proyectarse y alcanzó tal reconocimiento al punto de ser exaltado como el primer exponente de la música ranchera en todo el mundo. Y aunque tenía más de cuatro meses hospitalizado el momento de su fallecimiento, su voz no se dañó ¿Cuál era el secreto para cuidarla tanto?

Al vivir de la música y llevar toda su vida dedicado al canto, una de las principales preocupaciones del Charro de Huentitán era preservar como siempre su talento más conocido. Por eso, cada vez que se iba de gira y se sometía a los cambios de temperaturas de diferentes países tomaba todas las precauciones necesarias para que sus cuerdas vocales no se vieran afectadas ante los constantes cambios.

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De acuerdo a medios como Univisión, el patriarca de la dinastía Fernández a su llegada a una ciudad nueva visitaba la arena o el escenario donde iba a presentarse para hacer una vuelta de reconocimiento. Luego se encerraba por completo en la habitación del hotel al punto de no salir ni siquiera a comer para evitar a toda costa las corrientes de aire que pudieran afectarlo.

Un pequeño secreto

Además de todas las precauciones, Vicente Fernández tenía una especie de fórmula mágica para embalsamar su garganta y prepararla antes de las extensas jornadas de 3 o 4 horas  que duraban sus conciertos. De acuerdo a Unicable, el charro bebía coñac con miel, pero se cuidaba mucho de no subirse al escenario con alcohol en la sangre, sino que lo hacía cuando ya estaba frente a los fans pues el público lo “invitaba”.

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